Un sensor de proximidad es un dispositivo diseñado para detectar la presencia o ausencia de objetos o materiales sin contacto físico. Estos sensores funcionan basándose en diversos principios como los campos electromagnéticos, la radiación infrarroja (IR), las ondas ultrasónicas o la capacitancia. Dependiendo del tipo de sensor de proximidad, emite una señal o campo y detecta cambios en esa señal o campo provocados por la presencia o ausencia de objetos dentro de su rango de detección. Los sensores de proximidad se utilizan ampliamente en automatización industrial, robótica, electrónica de consumo y aplicaciones automotrices para tareas como detección de objetos, detección de proximidad y evitación de obstáculos. Proporcionan capacidades de detección confiables sin requerir contacto directo con los objetos detectados, lo que los convierte en herramientas versátiles en la tecnología moderna.
Un sensor de proximidad no es necesariamente un sensor de luz, aunque algunos tipos de sensores de proximidad utilizan la luz con fines de detección. Los sensores de proximidad basados en luz, como los sensores ópticos, utilizan haces de luz infrarroja (IR) o láser para detectar objetos basándose en reflejos o interrupciones en el haz de luz. Estos sensores emiten luz y miden cambios en la intensidad o patrón de la luz reflejada para determinar la presencia o ausencia de objetos dentro de su rango de detección. Sin embargo, también existen sensores de proximidad que funcionan según principios diferentes, como la inducción electromagnética, la detección capacitiva o las ondas ultrasónicas, que no dependen de la luz para su funcionamiento. Por lo tanto, aunque algunos sensores de proximidad pueden clasificarse como sensores de luz, no todos los sensores de proximidad utilizan métodos de detección basados en la luz.
El término «proximidad de circuito» generalmente se refiere al concepto de cuán diferentes o interconectados están entre sí los componentes o elementos de un circuito eléctrico o electrónico. En el diseño y análisis de circuitos, la proximidad del circuito puede referirse a consideraciones de diseño físico, como la distancia entre componentes, el enrutamiento de pistas conductoras o la disposición de los elementos del circuito en una placa de circuito impreso (PCB). Un buen diseño de proximidad de circuito tiene como objetivo minimizar la interferencia de la señal, reducir la interferencia electromagnética (EMI), optimizar la integridad de la señal y garantizar un funcionamiento eficiente del circuito. Al gestionar cuidadosamente la proximidad de los circuitos, los ingenieros pueden mejorar el rendimiento general, la confiabilidad y la capacidad de fabricación del circuito en diversas aplicaciones electrónicas y eléctricas.
Los sensores de proximidad funcionan emitiendo una señal o campo y detectando cambios en esa señal provocados por la presencia o ausencia de objetos dentro de su rango de detección. El principio de funcionamiento exacto de un sensor de proximidad depende de su tipo y tecnología. Por ejemplo, los sensores de proximidad inductivos generan un campo electromagnético y detectan cambios en la impedancia o corrientes parásitas inducidas por la presencia de materiales conductores como los metales. Los sensores de proximidad capacitivos detectan cambios en la capacitancia provocados por la proximidad de objetos con diferentes propiedades dieléctricas. Los sensores ópticos de proximidad emiten luz y detectan reflejos o interrupciones en el haz de luz para determinar la presencia del objeto. Los sensores de proximidad ultrasónicos emiten ondas sonoras y miden el tiempo que tardan las ondas en reflejarse en los objetos. En general, los sensores de proximidad permiten una detección precisa y confiable de objetos sin contacto físico, lo que los convierte en componentes esenciales en la automatización, la robótica y otras aplicaciones tecnológicas.